Salir de la oscuridad hacia la luz

Si alguna vez te has sentido o conoces a alguien que se ha sentido atrapado por la oscuridad o con la creencia que no hay salida, Este artículo es para ti.
La depresión es un trastorno mental complejo que afecta a millones de personas en todo el mundo. Su prevalencia ha aumentado en las últimas décadas, en parte por el ritmo acelerado de la vida moderna, el caos tecnológico y el colapso de las estructuras sociales tradicionales. Sin embargo, sus raíces son mucho más profundas y tienen que ver tanto con factores genéticos como con el entorno que nos rodea.
El riesgo de desarrollar depresión es mayor cuando un familiar cercano, como un padre o hermano, ha padecido este trastorno. Los factores genéticos juegan un papel importante, pero los factores ambientales también influyen significativamente. El estrés, las experiencias traumáticas, la pérdida o los cambios importantes en la vida pueden activar una predisposición genética a la depresión. Sin embargo, lo bueno es que nuestra genética no es un destino fijo. El estilo de vida, nuestros hábitos y las experiencias que elegimos vivir también tienen un impacto profundo en nuestra salud mental.
La depresión puede desencadenarse por situaciones estresantes, como la pérdida de empleo, maltrato o crisis familiares. Estas experiencias pueden crear un ciclo difícil de romper, pero es posible aliviarlo adoptando hábitos más saludables. Por ejemplo, el sueño es un aspecto crucial: las personas con depresión suelen experimentar alteraciones en su patrón de sueño, lo que puede empeorar los síntomas.
Es importante saber que un sueño reparador, especialmente el sueño REM (el más profundo), es fundamental para procesar emociones y reducir su impacto negativo. Dormir bien ayuda a hacer una «limpieza mental», permitiéndonos enfrentar mejor nuestros pensamientos y emociones. Por el contrario, la falta de sueño puede activar emociones negativas y dificultar la gestión del estrés, lo que intensifica la depresión.
La depresión severa puede sentirse como estar al borde de un precipicio. En este estado, la persona siente una pérdida total de control, como si tuviera el peligro de una caída en el vacío. El presente pierde su significado, y la sensación de estar atrapado y sin esperanza es abrumadora. Esta sensación es una de las características más aterradoras de la depresión.
Desde la psicología humanista, la depresión puede entenderse como una lucha interna. Las personas con depresión a menudo se sienten atrapadas entre dos polos emocionales: por un lado, la vulnerabilidad (nuestros límites y fragilidades), y por otro, la omnipotencia (la sensación de ser invencibles). Esta falta de integración entre los dos polos crea una lucha constante, y se refleja en una alta autoexigencia. La creencia de que siempre debemos dar lo mejor de nosotros mismos y cumplir con expectativas inalcanzables genera frustración y ansiedad.
Una de las formas más poderosas de romper el ciclo de la depresión es cuestionar las creencias limitantes. Algunas preguntas clave que pueden ayudar son:
1. ¿Por qué no me permito ser débil?
2. ¿Qué es tan terrible de cometer errores o fracasar?
3. ¿Por qué no puedo soportar la idea de no ser querido?
La recuperación comienza con la aceptación de uno mismo tal como somos, con virtudes y falencias. Aprender a vivir en el presente, aceptar nuestras limitaciones y darnos permiso para ser humanos son pasos fundamentales. Si es necesario, la medicación también puede ser un apoyo valioso, ya que estudios muestran que la combinación de medicamentos y terapia es mucho más eficaz (hasta un 80% más) que cualquiera de los dos por separado.
Existen varios enfoques terapéuticos que pueden ser útiles junto con la medicación. La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), por ejemplo, ayuda a modificar los patrones de pensamiento negativos. Si tenemos pensamientos distorsionados como «no valgo nada» o «nunca lo lograré», la TCC nos ayuda a cuestionarlos y reemplazarlos por pensamientos más realistas y positivos.
Otro enfoque es la psicoterapia interpersonal, que se enfoca en mejorar nuestras relaciones sociales y emocionales. Ayuda a comprender la depresión como una aflicción interna y establece metas claras para mejorar nuestras habilidades de afrontamiento y nuestras relaciones.
Además de la terapia y la medicación, el ejercicio físico y una dieta saludable también juegan un papel importante en el tratamiento de la depresión. El ejercicio aumenta los niveles de endorfinas, las hormonas de la felicidad, y mejora nuestro bienestar general. Comer alimentos nutritivos también contribuye a estabilizar nuestro estado de ánimo.
Técnicas como la hipnosis pueden ser útiles para reconfigurar recuerdos traumáticos y promover una visión más positiva del futuro. La fe espiritual, por su parte, puede proporcionar consuelo y apoyo emocional, especialmente si la persona siente una conexión con algo más grande que ella misma. La oración y la meditación pueden ofrecer estabilidad y tranquilidad mientras se exploran otros métodos terapéuticos.
Desde la perspectiva del tarot, el arcano de La Luna puede simbolizar los procesos inconscientes que influyen en la depresión. La Luna refleja un mundo oculto, lleno de distorsiones de la realidad. El cangrejo que emerge del agua, dejando gotas de sangre, representa el dolor de estar atrapado en esa distorsión. Sin embargo, a través del trabajo de autoexploración que lo lleva a un conocimiento superior, el cangrejo puede transformarse en águila, elevándose por encima de los traumas pasados y sus mecanismos de defensa. Este proceso de transformación es clave para superar la depresión y encontrar la liberación interna.
Desde la neurociencia, sabemos que los pensamientos están estrechamente conectados con nuestras emociones. Cambiar nuestra perspectiva, liberándonos de los sesgos negativos que nos mantienen atrapados, es esencial para prevenir o enfrentar la depresión. Aprender a ver el mundo y a nosotros mismos desde una perspectiva más abierta y positiva puede ser un paso importante en la sanación.
La depresión afecta tanto los procesos emocionales como los cognitivos. Sin embargo, al integrar nuestras polaridades emocionales, aceptar nuestra vulnerabilidad y aprender a vivir con nuestras falencias, es posible experimentar una mejora significativa. Buscar apoyo adecuado, ya sea terapéutico o médico, y aplicar herramientas prácticas en el día a día son pasos fundamentales para la recuperación.
Recuerda que el viaje hacia la sanación no es fácil ni rápido, pero con paciencia, autocompasión y el enfoque adecuado, es posible salir del abismo y encontrar un equilibrio interior que nos permita vivir de manera más plena y consciente. Si estas lista para dar el primer paso hacia una vida más equilibrada y saludable contacte conmigo junto a la hipnosis clínica, la terapia narrativa y/o el tarot terapéutico podemos conseguir lo que necesitas.
De Carolil