Libertad y Reciprocidad: Clave Existencialista para Relaciones Duraderas
La filosofía existencialista sostiene que poseemos una libertad total, lo cual significa que somos los únicos artífices y responsables de nuestras vidas. Por lo tanto, considerar el determinismo biológico como una diferencia insuperable que divide a los sexos y define de manera universal cómo debemos ser, actuar, esperar, recibir, dar y estar en el mundo , tanto a nivel personal como en pareja, es un grave error. Esto puede llevarnos a sentir una profunda insatisfacción y vacío, impidiéndonos disfrutar y mantener interacciones sociales saludables.
Para superar este obstáculo, es esencial en nuestro camino de desarrollo personal buscar nuestro yo genuino, aceptarlo y expresarlo con seguridad y confianza. Cada individuo posee una historia de vida única que le brinda experiencias intransferibles, las cuales influyen en cierto aspecto en su género. Este género es definido como una construcción sociocultural que varía según la época, la educación, el país de residencia y otros factores sociológicos, psicológicos y genéticos.
Desde la perspectiva existencialista, primero existimos; es decir, emergemos a la vida desde el primer grito del ser gestado. A medida que nos diferenciamos gradualmente de nuestra madre y establecemos vínculos con otros dentro y fuera de nuestra familia nuclear, tomamos decisiones que determinan nuestra esencia, es decir, nuestra identidad. Así, cada uno de nosotros emerge como una gota única en un mar aparentemente indiferenciado.
Por estas razones, la filosofía existencialista propone que aprendamos a autodefinirnos, asumiendo nuestra libertad como un acto de empoderamiento que nos permite superar creencias y paradigmas limitantes. Busca promover la igualdad entre los géneros y eliminar normas y roles opresivos en las relaciones humanas, rechazando los vínculos emocionales basados en la jerarquía y el sometimiento. Desde esta perspectiva, se busca superar la posición de amo o esclavo en las relaciones emocionales para establecer relaciones basadas en la reciprocidad y la igualdad de poder, tanto en parejas como en amistades.
Las relaciones, ya sean entre personas del mismo sexo o de diferente sexo, en cuanto a sus intercambios deben ser dinámicos, basados en un diálogo abierto y genuino donde predominen la escucha activa y la empatía. No se trata de esperar siempre recibir o dar, siempre buscar o ser buscado, siempre invitar o ser invitado, siempre dar nuestra opinión o escuchar las opiniones y experiencias de los demás. Significa adaptarse a las circunstancias y al contexto de nuestra pareja o amigo, con el objetivo común de ser activo o receptivo según sea necesario, proveer o cuidar, entregar o recibir, dirigir o seguir, dar caricias o ser acariciado.
Por ejemplo, durante períodos de crisis o duelo, es natural retroceder hacia un estado de vulnerabilidad infantil donde se necesita ser acogido en lugar de ser juzgado, criticado o aconsejado. En estos momentos, el acompañante debe asumir un rol activo como el de una «madre suficientemente buena».
Para proporcionar una base neurobiológica que desmitifique el determinismo biologicista de roles de género predeterminados al entablar relaciones humanas, estudios han demostrado que las diferencias de comportamiento entre los sexos son mínimas y están más influenciadas por la educación y las normas sociales que por características fisiológicas. Además, la neuroplasticidad del cerebro permite que nuestras experiencias y aprendizajes modifiquen nuestras formas de actuar, pensar y sentir a lo largo de la vida, adaptándose a diferentes concepciones de género más allá de aquellas con las que nacimos.
Esta visión invita a desafiar y transformar los roles de género tradicionales para fomentar relaciones humanas más igualitarias, donde la libertad individual y la autenticidad sean valoradas y celebradas.
Posteriormente, te entrego una pauta para desarrollar vínculos saludables y profundos en base a lo mencionado en este artículo:
1.Cambio de roles en actividades cotidianas: Intercambiar roles y responsabilidades en tareas domésticas, como cocinar o cuidar a los niños.
2. Prácticas de empatía y escucha activa: Establecer momentos regulares de esta práctica donde ambos participantes deben escuchar y en su momento hablar, sin juzgar, interrumpir, ni criticar.
3. Actividades deportivas, de baile o de aventura en conjunto: Participar en estas actividades alternando roles de liderazgo, apoyo y colaboración.
4. Juegos de roles o teatro improvisado: Realizar estos juegos con tu pareja desde la perspectiva de interpretar diferentes personajes, con roles y en escenarios diferentes. También puedes jugar a ser tu pareja, pensando y sintiendo como él o ella ante un evento determinado.
5. Planificar metas y proyectos: Establecer metas y proyectos individuales que requieran el apoyo y la colaboración del otro. Esto puede incluir desde metas de desarrollo personal hasta proyectos creativos o profesionales.
Si sigues la pauta mencionada, te acercarás de a poco a conseguir vínculos más sólidos, satisfactorios e igualitarios.
En resumen, la filosofía existencialista nos invita a asumir la responsabilidad de nuestra libertad, rechazando las limitaciones impuestas por el determinismo biológico y promoviendo relaciones igualitarias y auténticas. Al buscar nuestro yo genuino y fomentar la reciprocidad y la empatía en nuestras relaciones, podemos construir vínculos más saludables y satisfactorios.
Si necesitas ayuda, conéctate conmigo, en conjunto transformaremos tu vida hacia el camino que deseas.
De Carolil