¿Eres arte?

¿Alguna vez has visto un cuadro o escuchado sonidos melódicos que parecían hablarte directamente? El arte es más que lo que vemos; es lo que nos remueve el alma. Cada obra es una interpretación única del mundo, una historia codificada en colores, formas o sonidos. Y, aunque solo la observemos, proyectamos nuestra propia historia en ella.

La palabra «arte» proviene del latín ars, que significa habilidad para transformar la materia en algo útil o bello. En sus orígenes, el arte era considerado un oficio: los primeros artesanos tallaban vasijas y pintaban en las cuevas para sobrevivir, rendir homenaje a los dioses o narrar historias. Posteriormente, el arte pasó a estar al servicio de mecenas y reyes, encargándose de obras que respondían a fines decorativos o políticos.

Sin embargo, con la llegada del Romanticismo en el siglo XIX, el arte sufrió una transformación radical, convirtiéndose en un reflejo del alma humana. Artistas como Goya, Delacroix y Beethoven demostraron que una obra podía ser mucho más que una mera representación externa: se convirtió en un grito emocional, una vía para explorar y expresar las profundidades más íntimas de nuestro ser interior.

Luego llegaron las vanguardias del siglo XX y transformaron todo: el dadaísmo, impulsado por Duchamp, convirtió un urinario en arte, mientras que Dalí, con el surrealismo, fusionó sueños con realidad. El arte se expandió, dejando de ser solo un reflejo de la belleza para convertirse en una provocación, en una poderosa forma de cuestionar y desestructurar el mundo.

Aquí entra la psicología: Donald Winnicott descubrió que jugar no es solo diversión, es sanación. Cuando un niño convierte una caja en un cohete, crea un espacio transicional, un lugar seguro donde lo que siente se vuelve tangible. Y los adultos hacemos lo mismo con el arte. Pintar, escribir, bailar, incluso hacer memes… todo eso es transformar lo que no podemos decir en símbolos que nos ayudan a entendernos mejor. 

Joseph Beuys lo dijo claro: “Todo ser humano es un artista”. No importa si nunca tomaste un pincel, lo importante es atreverte a plasmar tu visión del mundo. En arte terapia, el proceso es más valioso que el resultado: ¿por qué elegí este color? ¿Qué significa esta figura que dibujé sin pensar? Cada creación es un reflejo de nuestra mente. 

El arte nos salva porque es un puente entre lo invisible y lo concreto. Nos ayuda a procesar lo que duele, a celebrar lo que nos hace vibrar y hasta a reírnos de nuestros propios monstruos. Está en los murales que denuncian injusticias, en los videos que nos emocionan, en el panadero que convierte el amasado en un acto poético. *Cada vez que creas o interpretas algo, estás diciendo: “Esta soy yo, este es mi mundo”. 

Hoy, en el Día Mundial del Arte, te desafío a experimentar: 

– Pinta con café sobre una servilleta. 

– Escribe un haiku sobre tu emoción del día. 

Louise Bourgeois decía: ‘Mi obra es mi manera de ganar control sobre la locura.’ Y tiene razón; el arte es un espacio de diálogo y sanación intra y extra psíquico, donde mi psique se acoge en un autoabrazo cósmico de sí misma. Así que hoy, permítete crear libremente, sin juicio… y descubrirás cómo una gota refrescante de ti comienza a asomarse, renovándote

De Carolil

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