Tejiendo Igualdad, Rompes Barreras

Este Día Internacional de la Mujer, invitamos a reflexionar sobre la igualdad de género y el desarrollo personal. ¿Te sientes listo para cuestionar los estereotipos que limitan tu crecimiento?
El Día Internacional de la Mujer, tal como lo conocemos hoy, tiene sus raíces en las manifestaciones del siglo XX en los Estados Unidos y Europa. En sus orígenes, las mujeres luchaban por mejoras salariales y por el derecho al sufragio, es decir, por tener voz y voto en las decisiones que les afectaban. Este día no solo nos invita a recordar esas luchas, sino a reflexionar sobre el rol de la mujer en la sociedad actual y cómo podemos contribuir a construir una sociedad más justa y equitativa, como parte del género humano, independientemente de la identidad de género a la que pertenezcamos.
Es fundamental usar este día de manera simbólica, como un emblema de lucha por la armonía en un entorno de equidad y solidaridad. Por ello, es necesario preguntarnos sobre la importancia simbólica del rol de la mujer en la sociedad. A lo largo de la historia, las mujeres han sido sometidas a estereotipos y roles definidos por una cultura patriarcal que ha limitado su desarrollo personal y social. Sin embargo, también hemos avanzado, y hoy se plantea la necesidad de crear una sociedad en la que se eliminen la violencia y la discriminación, basadas en prejuicios sociales sobre lo que una mujer o un hombre debería ser y cómo debe actuar. Es importante recordar que los estereotipos afectan a ambos géneros, simplificando y exigiendo el cumplimiento de roles prefijados que a menudo son involuntarios.
Uno de los grandes logros del movimiento feminista ha sido entender que los géneros no son una construcción biológica y natural, sino cultural y performática, como lo señala la filósofa Judith Butler. Esta comprensión ha abierto el camino para que tanto hombres como mujeres podamos decidir cómo queremos ser tratados y qué espacio ocupamos en el mundo.
En este contexto, las teorías de Carl Jung sobre los arquetipos masculinos y femeninos ofrecen una perspectiva interesante para comprender nuestra psique y cómo las construcciones sociales impactan nuestro desarrollo. Es importante comprender que la visión de Jung refleja los paradigmas de su época, por lo que al centrarnos en el desarrollo personal, es esencial adaptarlo y cuestionarlo. Por ejemplo, podemos reflexionar si nuestra forma de actuar, siendo biológicamente masculina, se asocia más a lo femenino en términos de género, lo que sugiere que el trabajo de autoconocimiento está en integrar aquellos aspectos que aún no hemos aceptado para alcanzar la totalidad de nuestro ser.
Jung hablaba del anima y el animus (como puente entre el consciente y el inconsciente) como representaciones de los aspectos opuestos dentro de cada persona. En el caso de lo masculino, el anima representa el lado emocional, intuitivo y creativo, mientras que en lo femenino, el animus refleja el aspecto racional, lógico y volitivo. Estos arquetipos se manifiestan en nuestra forma de relacionarnos con los demás. Si no integramos estos aspectos de nuestra personalidad, corremos el riesgo de proyectarlos hacia el exterior, idealizando o demonizando a las personas que nos rodean. Por ejemplo, quien asume un rol masculino puede proyectar su anima en una mujer, buscando la «mujer ideal», mientras que quien toma el rol femenino puede proyectar su animus en un hombre, viéndolo como un modelo de autoridad. La integración de estos opuestos es crucial para el desarrollo personal y para la creación de una sociedad más equilibrada.
Ejercicio práctico:
Para lograr una mayor integración de los opuestos, Carl Jung propuso un proceso gradual que nos lleva hacia la individuación, el desarrollo completo del ser o el Self. Este proceso consta de varias etapas clave:
- Reconocimiento de los opuestos: Tómate unos minutos para reflexionar sobre las tensiones que sientes dentro de ti. ¿Hay aspectos de tu personalidad que rechazas? ¿Sientes que te falta equilibrio entre tu lado emocional y racional?
- Confrontación con la sombra: La sombra representa las partes de ti mismo que no aceptas o que están reprimidas. Haz una lista de las emociones o aspectos de tu vida que consideras inaceptables y comienza a aceptarlos como parte de tu totalidad.
- Integración del anima/animus: Pregúntate: ¿cómo puedo equilibrar mi lado masculino y femenino? Reflexiona sobre cómo podrías integrar estas cualidades en tu vida diaria y cómo podrían influir en tus relaciones.
- El equilibrio entre opuestos: Reflexiona sobre las polaridades presentes en tu vida, tanto internas como externas, y cómo podrías equilibrarlas para vivir de manera más auténtica.
Ejercicio práctico adicional:
• Meditación y escritura libre: Si te sientes listo, realiza una sesión de meditación para conectar contigo mismo y permitir que tu inconsciente te guíe. Luego, escribe libremente cualquier pensamiento o emoción que surja. Acepta aquellos aspectos que usualmente rechazas y permite que se integren.
Es importante reconocer que, a pesar de los avances, seguimos viviendo en una sociedad donde la discriminación de género está presente en diversos ámbitos. En países como Chile, donde los avances del feminismo aún están bajo amenaza, es esencial que reflexionemos sobre la importancia de continuar la lucha por la igualdad. Los movimientos conservadores están ganando fuerza en algunas partes del mundo, recordándonos que la equidad de género no es un derecho garantizado, sino una batalla constante, en la que, tras cada avance, han habido retrocesos y repliegues.
La propiedad privada y la imposición de roles de género
Un factor clave en los retrocesos en igualdad de género es la aparición de la propiedad privada, que condujo a la imposición de un género sobre otro. Con la llegada de la propiedad privada y la organización de la sociedad en clases, las mujeres pasaron a ser consideradas principalmente como posesión de los hombres, contribuyendo al declive de su autonomía y valor en la sociedad. Esta dinámica marcó el surgimiento de las desigualdades de género, creando una jerarquía en la que las mujeres fueron desvalorizadas y relegadas a roles subordinados. La sociedad de clases no solo consolidó la propiedad privada como un valor fundamental, sino que reforzó la idea de que el rol de la mujer era menor o inferior al del hombre, un patrón que ha perdurado hasta nuestros días en muchas culturas.
Este proceso histórico subraya cómo las estructuras económicas y políticas pueden influir en la construcción y perpetuación de estereotipos de género, y cómo, al igual que con otras formas de opresión, la lucha por la igualdad de género no puede desvincularse de una crítica más amplia a las desigualdades sociales y económicas.
En cuanto a la historia de los chinchorros, es interesante resaltar que esta cultura precolombina, originaria del norte de Chile y sur de Perú, muestra evidencias de una organización social relativamente igualitaria en términos de roles de género. Aunque los roles de género existían en esta sociedad, los vestigios arqueológicos sugieren que la mujer desempeñaba un rol fundamental en la supervivencia de la comunidad, lo que pone en duda la narrativa histórica tradicional que tiende a minimizar su importancia.
Respecto al simbolismo de la cacerola en las protestas sociales, es crucial entender que su significado ha evolucionado en diferentes contextos históricos. Durante las dictaduras y las protestas por derechos humanos, la cacerola se convirtió en un símbolo de resistencia y lucha. Sin embargo, también debemos reconocer que los movimientos sociales son complejos y multifacéticos, y que su significado puede variar dependiendo de la época y el contexto político.
Ejercicio práctico final:
• Reflexión sobre la cacerola: Piensa en los símbolos que han marcado tu vida y lucha personal. ¿Qué objetos o acciones utilizas para resistir las adversidades que enfrentas? Reflexiona sobre cómo puedes resignificar esos símbolos y usarlos como herramientas de transformación personal y colectiva. Piensa en un símbolo que te haga sentir fuerte y capaz de resistir la adversidad en momentos de incertidumbre. Exterioriza ese símbolo pegándolo o dibujándolo en un lugar visible que siempre mires para mantener tu mente centrada en esa emoción.
Por otra parte, podemos asociar la búsqueda de la equidad social con el arcano de La Justicia. En esta carta, aparece la imagen de una mujer que simboliza la ecuanimidad en un entorno aparentemente polarizado. Ella representa la capacidad de encontrar la complementariedad en la aparente oposición, generando un diálogo que conduce a soluciones que benefician a ambas partes. Su mensaje nos invita a extraer lo esencial de cada proceso, manteniendo una mente tranquila, como el ibis en la mitología egipcia.
Para lograr esto, antes de tomar decisiones que afecten a los demás, es fundamental practicar una relajación psicofísica. Desde ese estado de calma, podemos elegir lo mejor para nosotros y nuestra comunidad.
Carl Jung nos recuerda la importancia de identificar e integrar nuestra sombra. En el contexto del Día de la Mujer, esto implica cuestionarnos: ¿Cómo he sido condicionado/a por mi cultura respecto a los roles de género y la equidad? ¿De qué manera puedo desaprender patrones que refuercen desigualdades en mis relaciones?
Desde esta perspectiva, es esencial diseñar un plan de transformación personal, entendiendo que los cambios internos que realicemos influirán en las generaciones futuras. Si trabajamos en un cambio positivo, no solo nos beneficiaremos a nosotros mismos, sino también a nuestra comunidad.
El Día Internacional de la Mujer nos invita a reflexionar sobre nuestra historia, a comprender la importancia de la igualdad de género y a integrar nuestros opuestos internos. A través de este proceso, fortalecemos nuestro autoconocimiento a la par que contribuimos a una sociedad más equitativa.
«La lucha por la igualdad no debe ser una guerra de sexos, sino un esfuerzo colectivo por un mundo más justo.»
De Carolil